Hoy comprendí un poco más a mi Dios

Hoy comprendí un poquito más a mi Dios...

Sí, hoy entendí un poco el amor de Dios hacia mí pero sobre todo comprendí su frustración conmigo.

¡Cómo me ama Dios y quiere lo mejor para mí y yo soy tan testaruda!

Me imaginé cómo llora Dios por mí cuando yo simplemente me encapricho y no hago caso a su voluntad siendo lo mejor para mí.


Sí, hoy lo comprendí un poco....

Mi hijo pequeño me lo hizo comprender...hasta ahora había sido tan fácil que hiciera lo que mi esposo y yo le decíamos que hiciera, había sido relativamente fácil que obedeciera y aceptara nuestra voluntad, era pequeño y decidíamos por él, pero está creciendo y ahora toma sus propias decisiones. Eso es bueno, está madurando y es parte de la vida, pero que difícil se vuelve cuando esas decisiones no son las que los padres quisiéramos.
Tal vez no estábamos preparados y nos tomó por sorpresa por eso la frustración y la desesperación al no poder hacer nada para que cambie de opinión, por más buenas razones, argumentos y hasta amenazas que le hemos dado.

Sí, tal vez no es para tanto que un niño de 6 años no quiera asistir a sus clases de natación, pero me ha enseñado una gran lección.

Me vi reflejada en él y vi a mi Padre amoroso ahí dándome un sin fin de oportunidades que yo simplemente desaprovecho y sólo por terca.

Razones por las que deseo que mi hijo asista a sus clases de natación: para que aprenda a nadar, para que no se ahogue si cae al agua, para que adquiera seguridad y le ayude a desarrollar confianza y disciplina.

Así veo a Dios como mi Padre amante, dándome infinidad de oportunidades y buenas razones para que yo siga su voluntad en mi vida, Él quiere que aprenda a "nadar" en éste mundo tan difícil, no quiere que me hunda y mucho menos que me ahogue en medio de las tentaciones y dificultades.

Motivos por los que mi hijo no quiere ir a sus clases: porque tiene frío, porque tiene miedo a lo hondo de la alberca, porque tiene miedo a hundirse y a que lo suelte su instructor, porque aunque nos ve afuera de la alberca mirándolo quisiera que estuviéramos adentro sujetándolo.

Yo me veo como mi hijo, mis temores, mi inseguridad y falta de confianza en mi Padre hacen que siga mis propios pensamientos, en mi miedo no puedo comprender que mi Padre está ahí al lado de la "alberca" esperando sólo una señal de peligro para tomarme en sus brazos y sacarme de entre las aguas frías de éste mundo. Mi hijo no alcanza a comprender todavía que necesita aprender a nadar para no hundirse, yo muchas veces no comprendo que necesito las pruebas en mi vida para adquirir confianza.

Estrategias que hemos empleado para que asista: premios, ánimo, le explicamos las ventajas de saber nadar y el potencial que tiene para aprender a nadar. Tratamos que aprendiera a confiar en su instructor y en que nosotros estamos ahí pendientes de él. Y ya como último recurso no tendría ciertos privilegios si no accedía a ir a su clase.

Tantas cosas que Dios hace diariamente por mí, me explica por medio de su Palabra que debo confiar en sus planes para mí, que debo aprender a obedecer sus mandamientos para tener una vida plena, que debo tener una relación constante con Él, que Él quiere que lo conozca y confíe en Él. A veces me tiene que "hablar" fuerte para llamar mi atención y hasta me quita ciertas cosas que me distraen de su voz, y aún así sigo aferrada a mi terquedad.

Pero todo ha sido en vano, 3 semanas a diario y el niño no entra a la alberca y si logramos que entre llora y se sale.

¡Qué frustrada me siento! ¡No comprende que es por su bien!

Y yo también sigo igual....muchas veces....sigo aferrándome a mis propios pensamientos y tomando mis propias decisiones....llorando y saliéndome de la dirección divina.

Hoy comprendí un poco más a mi Dios....

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