Hijo mío...

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Hace mucho que no escribo en este blog, he estado ocupada con diferentes cosas, pero la razón principal es que estoy tratando de ocuparme un poco más de mis hijos.

A veces se me hace muy difícil hacer todo a la vez, como nos pasa a todas las mamás. Afortunadamente para mí y para mi familia he tenido la oportunidad de quedarme en casa y no tener que salir a trabajar. Ha sido difícil por muchas razones:


  • Debí dejar a un lado mi plan de vida en el que había planeado ser una Profesionista trabajadora, independiente con hijos cuidados por los abuelos o en casa con alguien más (porque nunca fui de la idea de que mis hijos fueran a guardería).
  • Tuvimos que ajustarnos a un sueldo, sí, un sueldo que a muchas familias no les alcanzaría pero que a nosotros nos ha sido más que suficiente.
  • Tuve que adaptarme al rol de ama de casa después de haber trabajado por varios años.
  • Tuve que esperar a que mis hijos crecieran y fueran más independientes para comenzar proyectos tanto personales como profesionales pero que los puedo realizar desde casa.
Desgraciadamente los hijos no comprenden lo difícil que resulta para algunas madres hacer la decisión de dedicarse completamente a ellos; yo misma tal vez no lo hubiera hecho si las condiciones no me hubieran obligado a hacerlo. En un principio no fue mi decisión sino por las circunstancias que se presentaron al estar en constante cambio de ciudad y lejos de la familia, pero ahora, casi 10 años después le doy gracias a Dios por la oportunidad que me ha dado de estar con mis hijos todo este tiempo y ahora valoro lo que por un tiempo vi como pérdida.

Una década después tengo a una hija entrando en la adolescencia y como lo comprenderán los padres que ya experimentan esta etapa de la vida, cada día es un reto.

No se si al final mis hijos valoren o no lo que mi esposo y yo hemos hecho por ellos, pero al menos no podrán quejarse de que no hemos estado ahí siempre para ellos.

Pero aunque nosotros como padres podemos fallarles porque no somos perfectos y muy probablemente hay cosas que no hemos hecho bien a pesar de haberlo intentado,  nunca deben olvidar que nuestro DIOS es su PADRE y que siempre está y estará con ellos guiándolos toda su vida.

Ojalá un día ellos puedan ver en retrospectiva, como todos lo hacemos un día cuando ya somos padres, y puedan compartir con sus hijos el siguiente pasaje de la Biblia que esta noche me hizo reflexionar sobre la importancia de guiar a nuestros hijos en la FE de JESÚS nuestro SALVADOR.

No importa si tienes que salir de casa para trabajar o si puedes quedarte en tu hogar con tus hijos lo más importante es que TOMES TIEMPO para GUIARLOS en su camino diario hacia DIOS.

"Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre:
  • Grábatelos en el corazón;
  • Cuélgatelos en el cuello
  • Cuando camines, te servirán de guía;
  • Cuando duermas, vigilarán tu sueño;
  • Cuando despiertes, hablarán contigo.
  • El mandamiento es una lámpara,
  • La enseñanza es una luz
  • Y la disciplina es el camino de la vida".
Proverbios 6:20-23

Después de leer estos versos, puedo comprender la gran responsabilidad que tengo como madre. 

Hoy me comprometo con mis hijos. ¿Y tú?

Dios te bendiga.


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