La Herencia que recibí de mi Padre

Hoy saqué un cofre con tesoros muy preciados y valiosos para mí, en él encontré joyas preciosas, todas ellas diferentes pero de un valor incalculable. Estaban guardadas cada una en su cajita y todas estaban acomodadas ordenadamente. Fui sacando una por una y observé que cada pieza estaba diseñada sólo para mí y al ir viéndolas recordaba cada una perfectamente, recordé cuándo las recibí, algunas no me gustaban, es más las odiaba, pero ahora, al haber pasado los años las encontré preciosas y especiales; otras no me acordaba de su existencia pero ahora sé que cuando las necesite ahí están; también pude ver unas que me
 gustaban mucho y de tanto usarlas ahora están gastadas pero no por eso han perdido su belleza y su valor.
Sí, ahí estaba la herencia que he recibido de mi padre desde que nací. Guardada en un cofrecito, guardada en mi corazón.

Hoy pensé en mi padre y me di cuenta que muy pocas veces le he dicho lo que siento por él y lo agradecida que estoy con él, pocas veces...o tal vez ninguna. Es que a veces uno da por sentado las cosas, sobre todo cuando se trata de sentimientos y de abrir el corazón. Es por eso que hoy me he decidido a decirle: papi lo amo, usted es muy importante para mí, no tengo palabras suficientes para agradecerle todo lo que hace por mí, gracias a su ejemplo y disciplina soy la persona que ahora soy, gracias porque a través de usted he podido comprender del amor de Dios como mi Padre. Gracias por la sabiduría de sus consejos y por demostrarme con hechos su amor y su cariño. Agradezco infinitamente a Dios por haberme dado al mejor padre del mundo.

Hoy puedo sacar el cofrecito de mis tesoros, la herencia que recibí de mi padre y puedo ver cada joya:
Sí, aquí está una: Amor. Esa es la más preciosa y valiosa para mí y también la más usada pero no ha perdido su brillo, además es curioso porque mi papá me la dio en el momento que nací y ahora la han podido usar hasta sus nietos y su valor va en aumento.

En otra cajita puedo encontrar la Gratitud. Esta siempre ha estado presente en mi hogar, mi papá y mi mamá me la dieron para que nunca me olvidara de mis abuelitas pues es herencia de ellas. Me la dieron para que nunca olvidara de donde venimos.

Aquí hay dos que vienen en la misma caja, Honradez y Honestidad, es una sola pieza entrelazada. Mi papá las usó mucho el tiempo en que él trabajó y me gustaba mucho cómo se veían en él, yo creo que por eso trato de usarlas lo más que puedo.

Al lado de éstas encontré una que mi papá quería que siempre usara pero la verdad a mí no me gustaba, pero ahora quisiera heredársela a mis hijos porque creo que es muy importante: Disciplina. He encontrado que a ellos no les gusta tampoco, pero deben tenerla y usarla también.

Aquí guardada está otra de esas que trataba de evitar ponerme: Obediencia, pero tenía que usarla porque había unas que me gustaban mucho: Confianza y Libertad que sólo me las podía poner si usaba la Obediencia.

Ya recuerdo esa otra, me acuerdo que mis padres me fueron dando las piedrecitas una por una conforme iba creciendo: Responsabilidad. Cuando me fui a estudiar lejos de mi casa y sola, fue desde entonces que la uso y no me la he podido quitar y ahora está tan llena de piedras preciosas que creo es momento de compartirla con mis hijos.

Son tantas las joyas que están en mi cofre: Bondad, Comprensión, Fidelidad, Generosidad, Nobleza, Integridad, Respeto, Tolerancia, Valentía, Perseverancia, etc. que no cabe duda que mi herencia es de las más valiosas que existen.

¡Ah! ya la encontré, es que estaba en una cajita tan pequeña, pero ahí esta: Fe. Ésta joya es muy especial porque su valor sólo proviene de Dios. No sé si mi papá la tenía antes, tal vez la tenía guardada pero hace casi 4 años que la empezó a usar, ésta que tengo la adquirí yo, no es la que usa mi papá pero es casi igual. Es tan pequeña que se puede perder, creo que debo usarla siempre y tenerla siempre en un lugar donde no la vaya a perder, creo que la pondré junto a la Esperanza y las usaré todos lo días.

Ésta es parte de la herencia que recibí de mi padre, pero ahora me preocupa algo, no puedo quedarme con todas estas joyas guardadas en el cofre, un día me las podrían robar y entonces ¿qué les dejaría yo a mis hijos? Creo que es momento de repartirles a ellos también su herencia, a partir de ahora. Tal vez un día ellos también abran su cofrecito y empiecen a contar su tesoro.

Gracias papi por la herencia que me ha dado.

Comentarios

Zorelly Pedroza ha dicho que…
Ya me hiciste llorar, mi cofre estaba empolvado, sólo recordando los malos detalles de mi infancia, sin tomar en cuenta lo que realmente es valioso. Tengo que sacar mi baúl para revisar mis joyas.
Me ha impactado mucho leer esta publicación, ya que, al igual que la persona del comentario anterior, yo también sólo recordaba los malos momentos que viví, pero gracias por "desempolvar" mi cofre.
Ahora también recuerdo muchas cosas buenas.
Felizmente tengo a mis padres ahí todavía.
Saludos!

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