Gratitud




¡Qué rápido pasa el tiempo! Un año más está por terminar y pronto estaremos inciando otro más. 

Como cada año en estas fechas se respira un ambiente de celebración, alegría y al mismo tiempo de nostalgia. Son días de reencuentros y de ausencias, días de nuevos propósitos y de reflexiones. Pero sin duda, es un tiempo especial para Agradecer. 

Ha pasado un año, es posible que en él hayas tenido tristezas, pero estoy segura que también hubo momentos de alegría. Tal vez perdiste a un ser querido, pero es posible que también fuiste testigo del milagro de la vida. Seguramente hubo planes que no se realizaron, pero también hubieron oportunidades que no te esperabas. ¿Hubo enfermedad? Pero segura estoy de que te encontraste más cerca de Dios. 


Sí, posiblemente no fue un buen año, pero lo estás terminando y eso significa que tienes vida y eso en sí es un motivo de gratitud.

Hoy es momento de decir GRACIAS a esas personas que están continuamente a tu lado y que pocas veces, a tal vez nunca agradeces:  A  tu esposo o esposa: Gracias porque siempre estas a mi lado sin importar la situación. A tus hijos: Gracias porque me dan las fuerzas para seguir adelante y una sencilla sonrisa de su parte cambia mi día. A tus padres: Gracias porque puedo refugiarme en sus brazos en los momentos más frágiles de mi vida. A tus hermanos: Gracias porque me comprenden a pesar de todo. A tus amigos: Gracias porque en ustedes puedo confiar. A tus compañeros de trabajo: Gracias porque muchas veces mi carácter se ha probado en la paciencia y amabilidad. A tu jefe: Gracias por la oportunidad de tener un trabajo. A tus maestros: Gracias por transmitirme experiencias. A todas las personas que han sido tu salvavidas y tu apoyo en cada momento de tu vida: AGRADECE.

Un año más está por concluir. Y hay mucho que agradecer. 

¿Ya agradeciste a Dios?

Sí, a Dios, por el regalo tan maravilloso de la vida, por aquellos momentos en los cuales Él ha estado a tu lado sin tú haberlo percibirlo, por esos momentos de peligro de los cuales te libró, por abrazarte en ese momento tan difícil en el que sentías que no podías más, por abrir las puertas de la solución que tanto necesitabas, por  ese milagro que no tiene explicación. Pero sobre todo, agradece a Dios porque te ama y en su amor te regala cada día y a cada momento grandes bendiciones.

Hoy es momento de detenernos entre el ir y venir cotidiano y tomar un momento para agradecer.

Recuerda:

“Den siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre”. Efesios 5:20


Comentarios

Entradas populares de este blog

Todo hijo es padre de la muerte de su padre

¿Qué tienes en casa?

La Herencia que recibí de mi Padre