Mi familia y yo serviremos al Señor...


Josué, el sucesor de Moisés y líder que había llevado al pueblo de Israel a conquistar la tierra prometida, ya era un hombre anciano y cansado, así que convocó a su pueblo y sus líderes para darles las últimas instrucciones.

Dios mismo había hecho un pacto con el pueblo de Israel desde los tiempos de Abraham y lo había sacado de Egipto con potentes señales, los había conducido por el desierto por 40 años y ahora les había dado la victoria sobre los pueblos que habitaban esa tierra para que fuera de ellos tal como se los había prometido.

Josué habló a Israel recordándoles el pacto que ellos mismos habían hecho con Dios para ser Su pueblo y un testimonio para la naciones vecinas.


Me imagino a Josué y su familia en medio de esa gran multitud, todos escuchando con gran respeto a ese anciano que había sido su líder por muchos años. Su cabello blanco y las arrugas de su rostro testificaban el paso del tiempo, su cuerpo cansado y encorvado una vez había sido el de un guerrero fuerte y valeroso, sus ojos aún tenía el brillo de la fe que durante toda su vida había marcado su camino y sus decisiones. Su mente lúcida a pesar de los años recordaba vívidamente la voz de Dios, su presencia y sus grandes milagros a través de esos años por el desierto.

Entonces Josué le habló al pueblo y les dijo:

  • Esfuércense por cumplir todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés. No se aparten de esa ley para nada.
  • No se mezclen con las naciones que aún quedan entre ustedes.
  • No rindan culto a sus dioses ni juren por ellos.
  • Permanezcan fieles a Dios, como lo han hecho hasta ahora.
  • Hagan pues, todo lo que está de su parte para amar al Señor su Dios. (Josué 23:6-11)
Pero lo que sin duda impactó la vidas de muchos de los miembros del pueblo de Israel fue la firme determinación de Josué cuando les dijo las siguientes palabras:

"Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir; a los dioses que sirvieron sus antepasado al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al SEÑOR." (Josué 24:15)

¿A quién están sirviendo tú y tu familia?

¿Ya tomaste tu decisión?


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