Mi mamá de quien aprendí que: Vivir la de sí es posible

Hoy hace una semana que mi mamá descansa en el Señor, después de 9 meses de luchar contra el cáncer de ovario. Nunca pensé en que la iba a perder tan pronto. Teníamos mucha fe en que ella saldría adelante, pero los planes de Dios fueron otros.

A una semana de su descanso, prefiero no pensar siquiera en preguntar a Dios ¿por qué? aún si me lo explicara no lo entendería pues mi mente es tan finita que no cabe lo infinito en ella. Tal vez cuando me encuentre con Cristo en Su venida le pida que me explique, pero creo que no tendré tiempo para eso sino que compartiré mi tiempo con mi mamá, mi tío, mis abuelitas, mi abuelito y los demás que nos encontremos en el Río de Aguas de Vida.

Me aferro a las promesas de la Palabra de Dios para tratar de vivir el día a día sin ella en mi vida, son muchas promesas referentes al fin de la muerte y la resurrección y estoy segura de que se cumplirán.

Recuerdo a mi mamá en sus últimos días y me da consuelo el que haya descansado, pero el dolor me aflora cuando la recuerdo sana, mi corazón se parte al recordar las largas pláticas que teníamos todos los días, las llamadas diarias por teléfono, los paseos, las comidas favoritas, la casa toda llena de fotos, recuerdos, el jardín lleno de flores.

Ella recostada en su cama leyendo la Biblia y aprovechando cualquier momento en el que me recostaba sobre su pecho para acariciarme la cabeza y comentarme sobre lo que había leído.

Siempre preocupada por sus nietos, sus yernos y obviamente por su "viejito" y sus hijas. Orando en todo momento y por todo. Dios siempre contestó sus oraciones y le dio la oportunidad de ver milagros, excepto esta vez (aparentemente).

Hoy deja un gran vacío que nunca será llenado, ¡la extraño tanto! pero murió rodeada de toda su familia (hermanos y sobrinos) que día y noche, de lejos y cerca estuvieron para ella. Rodeada de sus hijas y nietos todos los días a todas horas, en los brazos de su esposo amante que sólo vivió para ella por más de 40 años.

Nos deja una gran enseñanza, se aferró a la vida pero sobre todo en ningún momento renegó del Dios en el cual creyó. Estamos seguros de verla nuevamente, renovada completamente, en un jardín lleno de flores y al lado del Señor, quien nos explicará qué poderes y fuerzas estuvieron en lucha por su vida y el ¿Por qué? que muchas veces nos hacemos.

Ahora debemos prepararnos cada día para reunirnos de nuevo "junto al río".

¿Qué sería de nosotros si no tuviéramos esta esperanza?

"Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza. ¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él". 
1 Tesalonicenses 4: 13-14

"Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre." 1 Tesalonicenses 4:16

Gracias a Dios que Su tiempo no es el nuestro y que lo que a nosotros se nos hace eterno para Él es un suspiro, porque sé que muy pronto nos volveremos a reunir y esta vez para siempre.

Muchos planes en este mundo quedaron inconclusos pero cuando ella despierte de nuevo al oír la voz de Cristo, ahora con un cuerpo perfecto, podremos hacer realidad esos planes eternos que muchas veces platicamos juntas: nuestra casa a lado una de la otra, las flores y los jardines que sembraría, los paseos y viajes por aquellos mundos desconocidos, los cantos en el coro celestial con las voces que no tuvimos y las pláticas interminables con nuestro Señor Jesús.

Tendremos mucho tiempo, mucho más que el que tuvimos aquí y entonces con la seguridad de que nada ni nadie nos separará.

"Entre las oscilaciones de la tierra, las llamaradas de los relámpagos y el fragor de los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida a los santos dormidos. Dirige una mirada a las tumbas de los justos, y levantando luego las manos al cielo, exclama: “¡Despertaos, despertaos, despertaos, los que dormís en el polvo, y levantaos!” Por toda la superficie de la tierra, los muertos oirán esa voz; y los que la oigan vivirán. Y toda la tierra repercutirá bajo las pisadas de la multitud extraordinaria de todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos. De la prisión de la muerte sale revestida de gloria inmortal gritando: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?” 1 Corintios 15:55. Y los justos vivos unen sus voces a las de los santos resucitados en prolongada y alegre aclamación de victoria.{CS 627.1
Los justos vivos son mudados “en un momento, en un abrir de ojo”. A la voz de Dios fueron glorificados; ahora son hechos inmortales, y juntamente con los santos resucitados son arrebatados para recibir a Cristo su Señor en los aires. Los ángeles “juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro”. Santos ángeles llevan niñitos a los brazos de sus madres. Amigos, a quienes la muerte tenía separados desde largo tiempo, se reúnen para no separarse más, y con cantos de alegría suben juntos a la ciudad de Dios.{CS 628.1}"
El Conflicto de los Siglos

"Con frecuencia se marchitan nuestras esperanzas más acariciadas. La muerte nos arranca a nuestros seres amados. Cerramos sus ojos, los vestimos para la tumba y los ocultamos de nuestra vista. Pero la esperanza nos hace cobrar ánimo. No estaremos separados para siempre, sino que volveremos a encontrar a nuestros seres amados que duermen en Jesús. Volverán de la tierra del enemigo. El Dador de la vida está por venir. Millares de santos ángeles lo escoltan en su camino. Él rompe las cadenas de la muerte, destruye los grilletes de la tumba, y entonces los preciosos cautivos salen con salud y belleza inmortales".{SVC 45.1}
La Segunda Venida y el Cielo. White.

"Devorará a la muerte para siempre;
el Señor omnipotente enjugará las lágrimas de todo rostro,
y quitará de toda la tierra el oprobio de su pueblo.
El Señor mismo lo ha dicho.

En aquel día se dirá:
«¡Sí, éste es nuestro Dios;
en él confiamos, y él nos salvó!
¡Éste es el Señor, en él hemos confiado;
regocijémonos y alegrémonos en su salvación!»".
Isaías 25:8-9

"Y enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas".
Apocalipsis 21:4-5


En memoria de: Esperanza Cárdenas Sánchez 1944-2014

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